A estas personas las llamamos genios. Steve Jobs era uno de ellos. Los genios nunca desaparecen. Siempre nos dejan un legado en forma de obras, de palabras, de acciones que nos enriquecerán toda la vida. Y aún así, eso no es lo más importante. Lo que importa hoy, ahora, es que si alguna vez las ideas de Jobs os han inspirado, si han influido en algún aspecto de vuestra vida, comencéis a ponerlas en práctica ya. Ahora. La mejor forma de honrar la vida de un genio es propagar sus actos, dejar que sus ideas nazcan y crezcan en nosotros, de permitir que el mundo cambie gracias al impulso que nos dió. Como si todo formara parte de un plan para que todos crezcamos juntos.
Steve, siempre estaremos contigo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario